lunes, 18 de enero de 2010

LA VIOLENCIA MANCILLÓ AL FÚTBOL

Jean Paul Daolio/JPD
Un ataque terrorista empañó la Copa Africana de Naciones

El viernes 8 de enero de 2010, el fútbol fue sorprendido por la violencia. Cuando el autobús de la selección de Togo fue atacado mientras viajaba hacia Angola, sede de la Copa África 2010, durante más de 20 minutos, por la guerrilla independentista, Frente de Liberación del Enclave de Cabinda (FLEC), con ametralladoras y armas cortas, hecho que dio como atroz resultado tres muertos y nueve heridos. Las inclementes balas esparcieron pétalos de sangre en el asfalto, y llenaron de tristeza y desolación al mundo del balompié.
Pese a este ataque, los jugadores de la selección de Togo estaban dispuestos a participar en el torneo, para honrar la muerte de sus compañeros. Pero el primer ministro de Togo, Gilbert Houngbo, prohibió enfáticamente a la selección participar en la Copa africana. "Si algún equipo o alguien se presenta bajo la bandera togolesa, será una representación falsa", aseguró Houngbo.

¿Se debería haber suspendido la Copa de África por el tiroteo a Togo?
Luego de este nefasto acontecimiento, la Federación Internacional de Fútbol y Asociados (FIFA), emitió un comunicado informando que los integrantes de este organismo y su presidente Joseph Blatter, estaban profundamente conmovidos por los incidentes que afectaron a la selección nacional de Togo, y que estarían en permanente contacto con la Confederación Africana de Futbol (CAF) y su presidente, Issa Hayatou, a la espera de un informe detallado sobre los hechos que les permitiera tomar una decisión acertada.
Ahora bien. ¿Qué será acertado para Blatter y la FIFA? Por supuesto, si se evalúa la inversión (1.000 millones de dólares) que hizo Angola, como sede de este certamen, y las regalías que irán a las arcas de las dos Federaciones, es lógico que no suspendieran la competición.
Además, el Gobierno de la nación africana se sintió avergonzado luego de este ataque, ya que esperaban demostrar con la organización de esta Copa, que existe una recuperación gradual tras décadas de una guerra civil que finalizó en el 2002. Entonces, ¿es necesaria la continuación de la justa en medio de este tenso clima de terror? Es un tema que podría bien valer numerosas páginas para el debate.

Deliberación en Zurich
Mientras, en sus cálidas oficinas en la ciudad suiza de Zurich, los directivos de la FIFA terminaban de leer los informes del atentado, la selección de Togo, como era de esperarse, decidió que no participaría en la copa, pues sus jugadores declararon que estaban muy perturbados ante los dantescos hechos, y quisieron demostrar solidaridad con sus compañeros. Lo más sorprendente es que, luego del anuncio de la retirada de Togo de la Copa de Naciones, la CAF y la FIFA decidieron expulsar a dicha selección por declararse en rebeldía y no asistir a su partido ante su similar de Ghana.
Ha sido más que notable el fallo en la seguridad, ya que se le permitió la entrada a la violencia, en forma de ráfaga de ametralladora, al santuario de la fe futbolística. La única reacción que cabe es la absorta negación ante lo acontecido, la reprobación que conduce a otra pregunta: ¿está el fútbol por encima de una realidad tan violenta como la demostrada ante la selección Togolesa?

Hace su aparición Poncio Pilatos
Luego de una copiosa lluvia de comentarios que señalaban que la realización de la Copa Mundial Sudáfrica 2010 pudiera verse afectada por acontecimientos similares, el presidente de la organización de este certamen, Danny Jordaan, salió rápidamente al paso para calmar las agitadas aguas, indicando que había sido una falta de la CAF y del gobierno de Angola. “Sabían de las amenazas terroristas y no han sabido hacerles frente”, declaró.
El bueno de Danny al mejor estilo de Poncio Pilatos, se lavó las manos. Vaya manera de distanciarse de sus vecinos africanos, evidenciando que lo importante es el negocio del balón y que el show debe continuar.
Por otro lado, no es la primera vez, y posiblemente no será la última, que estos hechos vuelvan a repetirse. Así lo ha hecho saber la historia con sucesos similares. Hay que recordar el día 29 de mayo de 1985, antes de la final de la Copa de Europa entre el Liverpool y la Juventus, un total de 39 personas, en su mayoría aficionados de la Vecchia Signora, murieron aplastadas en las gradas del estadio de Heysel, en Bruselas (Bélgica). El partido se jugó pese a todo. Ganó la Juventus 1-0 y Michel Platini tuvo el atrevimiento de celebrar de manera vehemente el gol que marcó de penal.
El 5 de Septiembre de 1972, durante la XX edición de los Juegos Olímpicos de verano, ese día un comando de terroristas palestinos denominado Septiembre Negro tomó como rehenes a once de los veinte integrantes del equipo olímpico de Israel. El ataque condujo finalmente a la muerte de los once atletas israelíes.
Sorpresivamente los juegos olímpicos fueron suspendidos por un día, el equipo olímpico israelí anunció que abandonaba Múnich, siendo especialmente protegidos por las fuerzas de seguridad. El equipo egipcio dejó los juegos el 7 de septiembre, temiendo posibles represalias. Y las Olimpiadas siguieron.
Es necesario comprender que el deporte nunca debe doblegarse ante la política, y mucho menos ante la agresión, pues a pesar de sus fallas, es la única pasión que no distingue de razas, clases sociales o religiones, y siempre está dispuesta a unirnos en un único lenguaje universal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario